Las penalizaciones de Google son “restricciones” o “castigos” que impone el motor de búsqueda a las páginas web que violan sus políticas de calidad.
Una página web penalizada puede perder visibilidad en los resultados de búsqueda, y pasar a las últimas posiciones, o incluso puede llegar a ser totalmente eliminada de los resultados.
Hay varias razones por las que Google puede decidir penalizar una página, como por ejemplo:
Si recibes una penalización de Google lo más conveniente es que consultes con un experto en este tipo de situación.
Alternativamente (sin ningún tipo de garantía) puedes seguir los siguientes pasos para intentar levantarla:
Google suele enviar un aviso de penalización a tu cuenta de Search Console (a la dirección de correo electrónico asociada tu cuenta)
Si sospechas que has recibido una penalización revisa tu correo electrónico y los avisos en Search Console. Si compruebas que no has recibido ningún aviso, puedes intentar usar otras herramientas SEO como SE Ranking o SEMrush para analizar la página e intentar averiguar el motivo de la supuesta penalización.
Una vez hayas conseguido averiguar el problema que ha ocasionado la penalización, es el momento de corregirlo.
Las acciones necesarias para conseguirlo dependen del origen de la penalización, como por ejemplo eliminar SPAM, deshacerte de enlaces perjudiciales, etc.
Después de que hayas corregido, lo mejor que sepas, el problema debes solicitar a Google que revise de nuevo tu página web.
Puedes hacerlo directamente en Search Console, con la opción “Solicitar una revisión”. Aunque ten en cuenta que no es fácil, que Google no suele contestar, y que el proceso lleva tiempo.