Google es el buscador de internet más utilizado por los usuarios, muy por encima de Bing y de otros buscadores. Pero, ¿qué hace que el motor de búsqueda Google sea tan especial?
El motor de búsqueda Google es una compleja red de algoritmos diseñados para rastrear, indexar y clasificar la información disponible en Internet.
Pero lo que distingue a Google de otros motores de búsqueda es su capacidad para ofrecer resultados relevantes y personalizados en una fracción de segundo.
Algunas características que hacen único al motor de búsqueda Google son:
Para ilustrar mejor la dominancia de Google en el mercado de motores de búsqueda, echemos un vistazo a este gráfico actualizado en tiempo real:
Source: StatCounter Global Stats – Search Engine Market Share
Este gráfico muestra claramente por qué cuando hablamos de motores de búsqueda, inevitablemente pensamos en Google. Su dominio en el mercado es abrumador, lo que explica por qué es tan crucial entender cómo funciona y cómo optimizar para él.
El objetivo principal de cualquier motor de búsqueda es (o debería ser) proporcionar al usuario la respuesta más adecuada a lo que está buscando, de la forma más rápida y precisa posible.
Y en contra de lo que muchos opinan, estoy convencido de que Google hace lo posible por cumplir esta misión.
Y no es fácil, piensa por un momento que se realizan millones de búsquedas por minuto en Google y que tiene trillones de páginas indexadas, y te darás cuenta de la dificultad de esta misión.
Antes de sumergirnos en el fascinante mundo de Google, es importante entender qué es un motor de búsqueda.
Un motor de búsqueda es una herramienta online que te permite encontrar información en Internet.
Los motores de búsqueda funcionan básicamente en tres pasos:
Aunque existen varios motores de búsqueda, hace años que Google se conviertío en el más popular y utilizado… ¿Te has preguntado alguna vez por qué decimos “Googléalo” en lugar de “búscalo en Internet”? Eso nos lleva a nuestra siguiente sección…
Google nació a finales de los años 90, como la tesis doctoral de Larry Page y Sergey Brin, y en 1998 se “estrenó” en Internet.
Google no fue el primer motor de búsqueda, junto a él competían otros motores como Altavista o Lycos que intentaban ofrecer resultados mínimamente decentes.
Y la verdad no lo hacían demasiado bien, había que saltar de un buscador a otro hasta encontrar finalmente lo que andabas buscando.
Estos buscadores simplemente realizaban un análisis superficial del contenido de las páginas para intentar clasificarlas, y decidir su importancia relativa sobre un tema particular.
Por ejemplo: si la página “decía” que trataba sobre un tema, porque contenía artículos y comentarios relacionados, los motores de búsqueda la catalogaban así, y todos tan contentos.
En principio esto podría parecer lógico, y en un mundo perfecto hubiese funcionado bien.
Por desgracia este sistema hacía que fuese muy fácil manipular las búsquedas, abusando del contenido y por ejemplo repitiendo innumerables veces los términos por los que querías posicionar.
Por no hablar de otras técnicas “Blackhat“, como podrían ser insertar texto invisible para el usuario con miles de keywords, usar el “cloaking“, etc.
En resumen, en “aquellos tiempos” era fácil convencer a un buscador que tu página era toda una “autoridad” sobre un tema, porque simplemente tenías que “decírselo.
En fin, que los usuarios lo pasábamos mal para conseguir encontrar algo decente entre toda aquella morralla, y teníamos que obligarnos a realizar búsquedas cruzadas entre dos o más buscadores.
Y más de una vez no había más remedio que recurrir a buscadores “especializados”, o como última alternativa sumergirse en el caos organizado de un directorio temático.
Por suerte, todo cambió de repente.
Este es el aspecto que tenía Google en 1998, y aunque parezca lo contrario era una interface revolucionaria.
La principal innovación de Google fue idear un sistema para intentar determinar la autoridad de una página sobre un tema, analizando sus enlaces entrantes (Backlinks).
La idea más o menos era la siguiente: si alguien se toma la molestia de enlazar a tu página desde la suya debe ser porque tu contenido tiene cierto interés, ¿correcto?
Y naturalmente esta página de destino será relevante para el tema que trata la página que la enlaza, porque de lo contrario no lo haría, ¿verdad?
Basándose en estas premisas, Google desarrolló un sistema para cuantificar esta autoridad, y lo llamó “PageRank“.
Gracias a este sistema las páginas con mayor Page Rank salían más arriba en las búsquedas y esto contribuyó rápidamente conseguir unas páginas de resultados bastante más útiles que sus competidores, además de contar con una interfaz mucho más rápida y enfocada a las necesidades reales del usuario: encontrar lo que buscas.
Debido a todas las mejoras que introdujo Google se convirtió rápidamente en el buscador favorito de la mayoría, y aún hoy en 2018 es de lejos el buscador más usado a nivel mundial.
Por desgracia, como se suele decir, el hombre acaba fastidiando todo, y Google se convirtió en el objetivo principal de todos los Spammers, practicantes del Blackhat y posicionadores profesionales (SEOs)
Todos comenzamos (me incluyo, por desgracia) a “inventar” métodos para intentar aprovecharse los fallos o defectos de Google para posicionar mejor en las búsquedas.
Y Google comenzó a contraatacar, a crear departamentos para luchar contra el SPAM y realizar actualizaciones de su algoritmo de búsqueda para intentar conseguir mostrar unos mejores resultados de búsqueda.
Como he comentado al principio Google otorgó muchísima importancia a los enlaces entrantes, por lo que durante años hemos estado creando enlaces “no orgánicos” para intentar conseguir más autoridad y mejor posicionamiento.
Para intentar combatir este problema las últimas actualizaciones del algoritmo de Google se han centrado en otras métricas, como señales sociales, interacción del usuario, calidad de los contenidos, etc.